Me despido

 

Son demasiadas cosas las que me orillan a seguir pensando en ti, sin embargo, tu carácter y falta de compromiso hacen que me aparte de lo que más me gusta de ti.

Hoy, al salir a caminar me encontré con varias parejas, se les miraba muy felices, como si nada les faltara y los problemas fueran nulos, o al menos no les afectaban tanto como a nosotros. Pero una pareja fue la que me llamó más la atención, Rubén y Fernando, dos chicos de 22 y 24 años. Los saludé y pregunté si me podía sentar y platicar con ellos, después de un par de horas de una hermosa charla, me di cuenta de lo que me sobraba estando contigo. No puedo seguir a tu lado y me duele mucho decírtelo aun sintiendo todo esto por ti, pero es imposible callarlo. Cuando preparo una cena especial para ti, llegas y me dices que no tienes hambre o pones miles de pretextos, no preguntas como fue mi día, te pones cómodo y te metes a la cama, dándome la espalda y arrojando mi almohada al piso.

Al leer esta carta te darás cuenta que en closet falta mi ropa. Pepito, el perro que siempre te huía y se hacía pipi al verte ya no te molestará más, lo llevé conmigo. Por fin solo en casa, sin nadie que te espere con una tonta cena caliente. Mi almohada no te estorbará más. Ya no tienes a nadie que, al llegar, te pregunte como te fue o como estas. Me cansé de ser por y para ti, perdóname por favor. Rubén y Fernando no eran pareja, solo eran mejores amigos. Mientras tú y tu carácter me alejaban de ti. Rubén me fue mostrando poco a poco el valor que yo tengo y el derecho de sentirme amado, sé que es muy pronto para decir que lo amo, pero con el estoy siempre de buenas, y ese sentimiento de preocupación ya no está más.

Posdata: Pepito ya sabe mover su cola.